Todo estaba dado para que fuera un primer día de clases aburrido. Días antes, los profesores hicieron la invitación por correo electrónico al Primer Festival Literario del Caribe organizado por el British Council y la Universidad del Norte de Barranquilla. Auditorio 13-G. Cuatro charlas con tres escritores jóvenes premiados, elogiados y seleccionados por la revista GRANTA dentro de los 20 mejores novelistas británicos menores de 40 años. "Iremos a dormir"; pensaron algunos.
Fue todo lo contrario. Desde la primera intervención de David Szalay (Canadá) hasta la mesa redonda de los tres -al final de la tarde-, moderada por Chris Rawlings, director del British Council, se demostró que los universitarios (y algunos estudiantes de colegios bilingües de Barranquilla) estaban cautivados por historias de libros y de autores.
Tal vez la que más intriga (y preguntas) generó en el auditorio fue Nadifa Mohamed, nacida en Somalia pero criada en el Reino Unido donde estudio Política e Historia en la Universidad de Oxford. Ha pasado parte de su vida buscando sus raíces: la familia, el pueblo, la lengua, la guerra. Su primer libro (La Mamba Negra) es la historia de su padre, un trotamundos, un marinero, "su Forrest Gump". La novela es una investigación de casi cinco años que la llevó hasta su pueblo natal y que la impulsó a escribir su segundo libro sobre la guerra y las mujeres en Somalia (The Orchard of Lost Souls). Por estos días está inmersa en el mundo de los documentales. Acaba de producir uno sobre la historia de tres inmigrantes somalíes que regresan a su país después de muchos años.
Somalia no la agota; la escritura sí. Una vez le anunciaron su selección en GRANTA no ha parado de escribir y de viajar por culpa de sus libros. Este, a Colombia, probablemente sea su único vuelo de 2014: "It's time to rest" dijo.
El último en hablar fue Sunjeev Sahota. Nació en Londres en 1981 pero sus raíces -y su fisionomía- son indias. Matemático converso. Las letras y la ficción ganaron espacio en su vida después de leer a Salman Rushdie a los 18 años de edad. Cuando empezó a escribir lo hacía todas las noches y de día se ganaba la vida en una empresa de mercadeo. Ahora es escritor de tiempo completo y su primer libro, Ours are the streets, es sobre un joven de origen paquistaní que decide ser hombre bomba. Por estos días trabaja en su segunda novela sobre inmigrantes ilegales en Inglaterra, y se atrevió a leer dos páginas ante el auditorio barranquillero. Aplausos al final.
Las preguntas -que llegaban una vez terminada cada intervención- estaban animadas por la curiosidad en sus orígenes, en sus métodos de escritura y, claro, buscaban consejos para ser un escritor joven y exitoso. Los escritores coincidieron en dos: un buen agente y leer. Contra todo pronóstico de lunes-primer día de clases: los muchachos no se durmieron.